La Iglesia reconoce la urgencia de abordar la tragedia de la siniestralidad laboral tras las muertes de Súria.
El departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española ha señalado que esta tragedia «nos urge a abordar la lacra social que supone la pérdida de vidas en el trabajo«.
Maru Megina, presidenta de la Comisión Permanente de la HOAC, ha expresado su solidaridad y apoyo con las familias de las tres personas trabajadoras fallecidas en las minas de potasa de Súria. “Compartimos su dolor y queremos transmitirles un abrazo solidario”, ha manifestado, denunciando que “siguen sucediendo muertes por falta de medidas de seguridad”. Para la presidenta, “este trágico accidente refleja que la vida de los trabajadores sigue estando subordinada a los intereses económicos y demuestra el escaso compromiso de las instituciones para erradicar un problema de tal magnitud”.
En una nota de prensa, la Conferencia Episcopal Española denuncia la escasa repercusión en los medios de los accidentes laborales acontecidos durante este primer trimestre del año, que ha dejado un total de 150 muertes en el ámbito del trabajo. Señalan que: » La Estrategia Española 2023-2027 sobre Seguridad y Salud en el Trabajo ha sido un gran paso, ahora toca concretar y desarrollar cada uno de los objetivos planteados en este acuerdo y hacer que su eficacia llegue a los lugares de trabajo y se transforme en una herramienta útil para la protección de la vida de trabajadoras y trabajadores».
Por último se han hecho eco de las palabras del Papa Francisco que denuncia la siniestralidad laboral, una lacra actual: “no son números, son personas (…). Trabajar en seguridad permite que cada uno exprese lo mejor de sí mismo ganándose el pan de cada día. Cuanto más prestamos atención a la dignidad de la obra, más seguros estamos de que aumentará la calidad y la belleza de las obras creadas”.