Morir de calor en el trabajo: una tragedia evitable que exige acción

Este 15 de julio se cumplen tres años de la muerte de José Antonio González Paredes, barrendero sevillano de 60 años que perdió la vida tras sufrir un golpe de calor mientras trabajaba a pleno sol, a 39 ºC, sin acompañamiento ni un protocolo efectivo de prevención. Su fallecimiento dejó destrozada a su familia, y sigue siendo un símbolo doloroso de una realidad que aún persiste: trabajar bajo temperaturas extremas sigue siendo una condena para muchos trabajadores en España.

Desde la Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA) y la familia de José Antonio, se lanza un llamamiento a la sociedad y a las instituciones para evitar que tragedias como esta se repitan. A pesar de los avances normativos, como el Real Decreto-ley 4/2023, que contempla la posibilidad de flexibilizar los horarios laborales ante olas de calor, la realidad sigue siendo alarmante: el 44 % de las muertes por calor en el trabajo desde 2003 han ocurrido en los últimos tres años, según datos del INSST.

La falta de equipos adecuados, el incumplimiento de las medidas de prevención, la escasa vigilancia del estado de salud de los trabajadores, la precariedad laboral y la ausencia de protocolos eficaces siguen siendo el pan de cada día en numerosos sectores. Trabajadores expuestos en solitario, sin apoyo ni supervisión, siguen cayendo víctimas de condiciones evitables.

Desde AVAELA se subraya que las altas temperaturas son solo una parte del problema. El fondo de la cuestión radica en unas condiciones laborales que, en muchos casos, siguen siendo indignas y peligrosas. Cada día, dos personas mueren en España por accidente laboral. La seguridad en el trabajo no puede ser una opción: debe ser un derecho garantizado.

Por todo ello, se exige:

  • La visibilización urgente de estos problemas en el debate público.

  • Su incorporación a la agenda política.

  • Diálogo real y compromiso por parte de partidos, administraciones y agentes sociales.

  • Una mayor implicación de los medios de comunicación, cuyo papel es clave para llegar a la ciudadanía.

No se trata solo de José Antonio. Son muchas las víctimas, muchas las familias rotas y demasiados los silencios. La sociedad no puede mirar hacia otro lado. Morir de calor en el trabajo es una tragedia evitable, y prevenirla debe ser una prioridad colectiva.

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