D. V de Cuaresma © Jn. 8,1-11. 6 de abril de 2025
Si has experimentado el amor de Dios como misericordia, lo lógico es que tú mismo regales amor misericordioso a los demás. Regala, pues, perdón. Perdón sin condiciones. Perdón porque sí. Porque aquel que te ha ofendido es objeto de amor y misericordia por el Dios que lo ama creándolo y sosteniéndolo en el ser por el amor, lo mismo que a ti.
Ofrece perdón sin pedir explicaciones ni justificaciones. No hacen falta. Porque aquel que te ha ofendido es más que su ofensa, porque la bondad es el fondo de su ser, a pesar de él mismo. Ámalo. Es decir, ofrece tu perdón.
Don Tomás Priego Martínez.