Del 7 al 9 de febrero, el Pabellón Madrid-Arena ha acogido el Congreso de Vocaciones bajo el lema «¿Para quién soy? Asamblea de llamados para la misión». Este evento ha reunido a más de 3.000 personas de diversas realidades eclesiales de toda España, incluyendo representantes de diócesis, congregaciones religiosas y movimientos laicales. El congreso ha tenido como objetivo principal reflexionar sobre la vocación cristiana en sus diversas formas y fomentar una cultura vocacional que anime a los fieles a descubrir y responder a la llamada de Dios en sus vidas.
Un evento de gran alcance y representación
La participación de nuestra diócesis en este evento nacional refuerza el compromiso con la promoción de las vocaciones y el acompañamiento de aquellos que buscan discernir su llamado dentro de la comunidad eclesial. Entre los asistentes destacó la presencia del movimiento de Hermandades del Trabajo, representado por su Presidenta Nacional, Emilia Sicilia; Agustín Rodríguez de Lara, presidente del Centro de Hermandades del Trabajo de Córdoba; Mª Ángeles Sobrino, Presidenta del Centro de Madrid; y Daniel Barea, afiliado al movimiento en Córdoba.
La apertura del congreso estuvo a cargo del arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, acompañado por el arzobispo de Braga, Mons. José Manuel García Cordeiro, responsable de Vocaciones y Jóvenes en el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE); el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza, quien transmitió un mensaje del papa Francisco a los participantes; y el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, quien inauguró oficialmente el Congreso.
Cardenal Cobo: «Nuestra vida tiene futuro, nuestra vida tiene sentido»
El cardenal José Cobo dio la bienvenida a los asistentes con un discurso inspirador, destacando la importancia de plantearse preguntas fundamentales sobre la vida y la vocación. «Lo mejor que a alguien le puede ocurrir en la vida es poder conducir su libertad a su horizonte más amplio, y eso solo se logra formulando las preguntas fundamentales. Nuestro tiempo presenta una grieta peligrosa: la falta de preguntas«, afirmó.
Reflexión y formación en talleres y ponencias
Durante el sábado, los participantes pudieron asistir a diversos talleres que abordaron distintas dimensiones de la vocación cristiana, como la acogida, la iniciación al catolicismo, la peregrinación, la vocación en los medios de comunicación y otras iniciativas para dar a conocer la Iglesia. Entre los asistentes se encontraban congregaciones, movimientos y diócesis de diferentes regiones de España, incluyendo Cádiz y Huelva.
Las ponencias del sábado fueron impartidas por destacados especialistas. En el Pabellón Arena, Eloy Bueno de la Fuente, Catedrático de la Facultad de Teología del Norte (Burgos), expuso la conferencia del itinerario Comunidad. Mientras tanto, en el Pabellón Satélite, José Luis Albares Martín, profesor titular del Centro Universitario Cardenal Cisneros de Alcalá de Henares (Madrid), desarrolló el itinerario Palabra.
Por la tarde, las intervenciones continuaron con la participación de María Concepción Isart Hernández, de la Universidad Católica de Valencia, quien desarrolló el itinerario Vocación. Asimismo, en el Pabellón Satélite, María José Castejón Giner, del Instituto Secular Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, abordó el itinerario Sujeto.
Un congreso para fortalecer la misión
El Congreso de Vocaciones ha sido un espacio de encuentro, reflexión y discernimiento sobre el llamado de Dios en la vida de cada persona. La diversidad de testimonios, la participación de expertos y el compromiso de los asistentes han reafirmado la importancia de seguir promoviendo una cultura vocacional viva y activa dentro de la Iglesia.
Este evento ha dejado huella en quienes han participado, reafirmando la necesidad de acompañar y animar a los fieles a descubrir su vocación, ya sea en la vida sacerdotal, religiosa o laical, siempre en el servicio a la comunidad y a la misión de la Iglesia.
Asistí al congreso de vocaciones y me pareció muy festivo, una celebración muy emocionante. Se contaron muchas experiencias muy enriquecedoras, personales y de grupos. Pero sí eché de menos aterrizar a la sociedad actual, ¿qué hacemos hoy? ¿cómo enfrentarnos a una sociedad tan secularizada? ¿cómo tratar los problemas actuales, como la diversidad del género? problemas que tenemos que enfrentarnos, que podemos tener nosotros mismos y que deberíamos analizar desde la diversidad que allí nos encontrábamos de movimientos, congreciones, etc. ¿Cómo vivir el evangelio en esta sociedad que nada tiene que ver con la sociedad que Jesús se encontró?