
La frontera del privilegio, por Clara Sayans
Cada noche, al apagar la luz del cuarto de mis hijos, pienso en la fortuna de poder ofrecerles un espacio caliente, seguro, cómodo…en la suerte de que se van a la cama con el estómago lleno y el alma abrazada. Y agradezco infinito, a ese Dios que sonríe conmigo, cuando cierro la puerta del cuarto….